No puedo creerlo, mañana se hace realidad el guión de telenovela México-venezolana de mi vida, el chico estará en Tokio, Japón y la muchacha en Santiago, Chile. Por una semana no sabrán el uno del otro, aunque parezca poco tiempo, el tiempo es tan relativo que ya imagino la enormidad de tiempo y situaciones que sucederán... so so, que más se puede decir de una situación tan telenovelística.
Durante este tiempo he tratado (y han tratado) de sacarme de la cabeza todo esto, lo dificil, lo casi imposible... nadie ha podido, ni yo siquiera poniendo parte de mi en ello, es realmente lo que quiero, como y cuando lo quiero, no es una obsesión, es un sueño de vida, el grande, el que hace despertar o seguir durmiendo cada mañana, tarde o noche (tan relativo que es eso!), es lo que más quiero, aunque me he dado cuenta de mil cosas por el camino, aunque he aprendido a valorar otras tantas, aunque me sienta tranquila ahora, nada es lo mismo si no puedo cumplir con ello. Tampoco pido comprensión, la he recibido durante toda mi vida y de las maneras más grandes e importantes que se puede demostrar, me he sentido inmensamente querida y comprendida, sé que cada consejo es por mi bien, sé que cada lágrima en conversaciones referidas a lo que es el futuro no son de tristeza sino de querer simplemente lo mejor para quienes amamos y amo tanto, amar es complejo cuando mi corazón se parte en tantas trocitos para cada persona a la que le he dado parte de mi y que he sentido que es mutuo, también hay trocitos para quienes no es mutuo, no me duele dárselos.
Siempre he escrito, he soñado con estudiar guiones y libretos, con crear historias y en ellas nunca los finales son felices, me lo pregunto... una y otra vez, por que no puedo concluir con felicidad, quizás por que ella está guardada sólo para quienes se lo merecen verdaderamente y en mis papeles los buenos nunca son realmente buenos ni los malos realmente malos, tantos matices que nunca puedo resumir ni menos dejar de describir cada detalle, se me ha ido mucho tiempo en ello (tiempo que debería dedicar a la tesis!), aunque a ratos siento que es recompensado con sólo volver a leerlos y encontrarles un sentido lógico. El sentido que no tiene el que mi chico se encuentre en Japón y yo en Chile, el sentido que quizás aparezca cuando volvamos a conversar y mi corazón se apresure como siempre sucede y como talvés ya debería estar acostumbrada... o simplemente no encuentre sentido ni a lo que siento ni al como actue, el sentido es el sentimiento, el sentimiento es vivir intensamente cada situación por aparentemente aburrida que parezca, si me guio por ese sentido, mi vida esta llena de sentido, seguir viviendo, seguir cantando y esperando a que el destino que nos unió y nos separó haga su trabajo otra vez.
Isa.-
