Ella siempre temió echar raices... que pudieran sus alas cortas... entre ida e ida la vida se le iba...
Quizás siempre quiso ser libre no de la libertad que todos imaginan, sino la de pensamiento que muchas veces se le impidió tener, como no querer tenerla si ha visto tantas cosas lindas en este mundo por vivir y no se pueden realizar si no se piensa firmemente, ni se tienen ganas ni ideales...
Una vez encontró un nido a malhacer muy alto en un árbol, con esfuerzos intentó arreglarlo para que el dueño de esa casita pudiera estar bien, tomo tiempo, esfuerzo y sacrificio. No era fácil , ni el lugar, ni las circustancias pero nunca se rindió hasta que apareció el verdadero dueño y firmemente la echó de ese sitio, deshizo el nido y se echó a volar, se le apretó el pecho y sintió que el aire se acababa lentamente, ni él, ni nadie nunca entederá lo que costó ese tiempo dentro de su alma.
Rompió la botella que guardaba aquel tiempo e hizo que este se transformara en algo con poco sentido... No era su trabajo ni su lugar aquel, lo hacía por que quería, por que pensaba que con pequeños actos se podía arreglar un poquito nuestro entorno, por que nunca dejaba de soñar.
Hoy estuve lo más cercano a ella que se puede estar... también donde la niña jugaba a manejar el tiempo, donde no existe distancia, donde el cariño tiene un reloj con cuenta regresiva permanente, no así las palabras.
Isa.-
