domingo, septiembre 02, 2007

Ni falacias ni castillos.


Y lloró, no lo hizo sola... por que así comenzó su septiembre, por que las razones son tan claras como las mentiras, aunque a ratos tan leves que parece que no existiesen. Es que hay que entender que los castillos en el aire no deben existir por mucho que se quiera, son la bomba de tiempo más efectiva que puede existir, Hiroshima volvería a estallar. Aún así a ratos parece que las bombas son imperceptibles para ella.

Es mejor creer que ni una mentira sin querer, ni un castillo derrumbado puede romper las ganas de mirar las estrellas, de sentirse olgadamente querida y de apreciar cada pequeña cosa que sucede. No hay lo sientos que valgan como tampoco perdones, hay acciones que pueden responder cualquier interrogante como también cosas que se escapan de la manos de cualquiera por que se sigue sintiendo la terrible sensación estar amarrada a algo, que no corresponde, no por crueldad, no por maldad, simplemente las cada cosa tiene un lugar y cuesta darse cuenta que no se pertenece a él.

Dicen que los días cambiarán. Yo ya no quiero cambiar nada, quiero sentir la brisa, que los días sean más y más largos al punto de que el siguiente comience todavía donde el otro no quería dejar de existir. Creo tanto que no puedo creerlo.


Isa.-